Vivíamos en casas. Por las mañanas íbamos a un instituto donde dábamos clases y nos juntábamos con gente de diferentes países, chinos, italianos y algún que otro español.
Por las tardes solíamos hacer diferentes actividades como ir a la bolera, a parques haciendo actividades físicas, museos, castillos o ir de compras.
Los fines de semana nos llevaban a de excursión. El primer fin de semana fuimos a Londres y vimos el Big Ben, London Eye y el Buckingham Palace. Otro fin de semana fuimos a ver la playa de Bristol (nada que ver como las de España) y el último fin de semana no pudimos visitar Oxford porque nos tuvimos que ir.
Disfrutamos un montón, y además aprendimos inglés. En cambio, la comida fue lo que menos me gustó, porque no tenía que ver como la de España.
Espero volver a repetir muchas más veces esta experiencia, la cual fue inolvidable.
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